No hay nada como caminar en patas sobre el pasto, pero tenerlo bien cuidado lleva su laburo. La clave está en el equilibrio entre corte, riego y nutrición.
→ No lo cortes muy al ras: parece prolijo pero lo debilita.
→ Regalo abundante, pero no todos los días. Mejor un buen riego cada 2 o 3 días.
→ Airealo cada tanto, pinchando el suelo para que respire.
→ Un buen compost o sustrato por arriba cada tanto,
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Abrazo satívico